Fue admirado en vida por sus contemporáneos, que le llamaban el Divino y triunfó en todos los encargos que le fueron encomendados. Su obsesión por la perfección lo obligaba a no entregar jamás algo mediocre, y tanto en Florencia como en Roma, reyes y papas cayeron rendidos a su arte, aunque ciertamente se vivieron ciertos roces debido a la marcada personalidad de Miguel Angel. El Papa Julio II dijo: «es imposible hablar con él…»
Desde muy pequeño supo que quería ser artista, algo que no gustó nada a su padre. En aquellos tiempos el oficio de artista no tenía el prestigio que tuvo en otras épocas, pero al final su talento permitió que Lorenzo el Magnífico lo invitara a vivir en su palacio/escuela. Allí destacó sobre los demás, en especial sobre otro alumno, Pietro Torrigiano, que harto de insultos y humillaciones sobre la valentía de firmar obras tan malas, le propinó un puñetazo que le rompió la nariz a Miguel Ángel. «Ahora va a llevar mi firma hasta el día que muera». Por eso en los retratos de Miguel Angel, el artista siempre tiene la nariz chata.
El caso es que nadie discutía que Miguel Angel era un genio… Aunque si que era un guarro… Mientras Leonardo era amable y muy limpio, Miguel Angel era todo lo contrario: siempre sucio, vestido como un mendigo y desprendiendo un olor insoportable. «Era como estar con un cadaver» afirmaban los ayudantes de la Capilla Sixtina. Según el artista, el baño era malo para la salud. Además su lenguaje iba acorde con su aspecto: «De cada 10 palabras, 5 eran improperios», decían.
En toda Italia se conocía su arte y pronto los poderosos quisieron contar con su obra. Miguel Angel realizó esculturas prodigiosas y frescos alucinantes, todos ellas obras maestras indiscutibles que le permitieron tener una vida muy acomodada, y además pudo vivirla como quiso.
Homosexual, tuvo bastantes amantes, incluídos algunos de sus discípulos como Tommaso Cavalieri que incluso dejó a su mujer e hijos para instalarse en su taller. Siempre usó a hombres como modelos, le repugnaba la figura femenina. Hasta para sus mujeres utilizaba hombres… Quizás por eso los cuerpos sean tan musculados. Cuando Miguel Angel muere con 88 años, Cavalieri estaba al pie de su cama.
Referencia: historia-arte.com